Marisa dos Reis Nunes (Mariza), cantante de fado

La embajadora de la música portuguesa regresó en estos últimos días del mes de julio a Canarias para presentar en directo su último trabajo discográfico, que ha salido a la luz bajo el nombre de ´terra´. Antes de su actuación en el Auditorio Alfredo Kraus, la artista reconoce las nuevas influencias cubana y españolas en su música.

Mariza habla de globalidad para referirse la evolución de su música en los últimos ocho años. La artista portuguesa señala que los viajes por distintos puntos del planeta han fortalecido su mentalidad.
-¿Cómo definiría el fado?
-Para mí, el fado es, por encima de cualquier cosa, una música cultural que representa a mi país y a un estilo de vida. Es también una forma de identificación entre el público y el cantante, con la cultura como trasfondo, aunque yo sólo lo definiría como música.
-¿Qué es lo que usted ha aprendido en estos últimos ocho años?
-Muchísimas cosas. Cuando comencé mi carrera musical, la Mariza que hoy en día se conoce era mucho más inocente. Escuchar música es una delicia, pero hacerla y ser parte de un espectáculo musical es una gozada. Con mis giras alrededor del mundo he aprendido a compartir ideas sin realizar juicios de valor, y a respetar todas las culturas, sean del lugar que sean. Mi último concierto en Holanda con Chucho Valdés es un ejemplo. Los compañeros de viaje que eliges para tu trabajo acaban por convertirse en un elemento imprescindible.
-¿Cuáles son las diferencias entre su último disco, Terra, y sus anteriores trabajos?
-Existe una evolución que comienza hace ocho años, cuando inicio mi primera gira por el mundo. La influencia y el mestizaje cultural que se recibe es muy grande, y los ritmos africanos están muy presentes. Pero siempre intento respetar mis propias raíces, aunque sin olvidar las cosas positivas del exterior que puedan ser muy útiles para mi trabajo. En el mundo del fado siempre hay cambios, por eso es importante vivir el día a día sin pensar en el futuro.
-¿Considera que Terra cuenta con una mezcla de estilos inédita en sus anteriores discos?
- Ésa es una decisión personal de cada uno, pero es verdad que en mi último disco hay un estilo cubano fruto del trabajo con Chucho Valdés y con Iván Lewis. También se puede encontrar alguna referencia a España porque tuve la colaboración del guitarrista flamenco Javier Limón, aunque no me puedo olvidar de mis raíces mozambiqueñas porque Tito Paris también puso su granito de arena. De todas formas, creo que la música no es de ninguna parte, no es propiedad de ningún territorio, sino que es única, del mundo.
-¿Actuar fuera de su país supone para usted una responsabilidad mayor?
-La responsabilidad, con independencia del lugar en el que se cante, es la misma. Siempre intento estar al máximo nivel. Con el paso del tiempo, la exigencia que me pongo es mayor porque quiero que mi espectáculo supere al anterior cada vez que subo al escenario. La música es una religión que une a las personas y, como tal, hay que respetarla y venerarla. Es increíble ver cómo los humanos nos unimos por el sonido de la música.
-¿Pero no cree que el público portugués es más exigente?
-Portugal es un pueblo que entiende mucho de fado. Actuar en tu propia casa añade un poco más de presión porque estás delante de tu gente, pero al mismo tiempo ves que el público disfruta muchísimo, y eso es una recompensa impagable. Mis raíces portuguesas sobresalen más, pero lo importante en cualquiera de mis actuaciones es la música. Siempre es un placer cantar, y ese sentimiento que noto en mi público cada vez que actúo en mi tierra es muy especial, aunque la música que yo hago no entiende de países ni de fronteras.
-¿Qué puede esperar el público en cada una de sus actuaciones?
-En este caso, siempre es un placer volver a Canarias. Es un destino fijo cada vez que salgo fuera de Portugal y esta vez no iba a ser menos. El público canario es fiel, agradable y muy entendido, por eso nunca dejo atrás a las Islas en mis giras internacionales. Como norma en esta gira, mi espectáculo está centrado en mi último trabajo, Terra, pero no me olvido de los grandes éxitos que me han acompañado hasta ahora. El que haya seguido mías anteriores observará que hay algunas diferencias, pero lo esencial continúa. (fuente: la opinión)